La tapa más típica y probablemente la más conocida en Madrid es la tapa de patatas bravas. Y es que esta rica tapa, compuesta simplemente por paratas fritas en aceite de oliva cortadas en tacos y una deliciosa salsa llamada brava, son un auténtico placer; especialmente si se acompañan de una caña bien fría.
Muchas veces, el adaptar los lugares y los productos de un lugar al turista, puede hacer mucho daño a las costumbre o productos típicos del lugar. Y más o menos esto es lo que está pasando con las patatas bravas…
Con el afán de agradar a los visitantes que llegan de otros lugares, los hosteleros han apostado por incluir en sus menús unas patatas acompañadas de una suave salsa de tomate con un suave toque picante. Y eso, ¡no son patatas bravas! Las patatas bravas van acompañadas de una salsa picante, muy picante.
El nombre, ‘patatas bravas’, viene precisamente de ahí. Sin embargo, cada vez con más frecuencia, las patatas bravas en Madrid, son de todo menos bravas; cada vez su salsa es más suave, nada picante.
El problema de esto es que, de seguir así, las verdaderas patas bravas acabarán por desaparecer…
Si visitas Madrid, ¡asegúrate de probar las verdaderas patatas bravas!