Lugares míticos en Madrid como la plaza de la Puerta del Sol hay pocos y dentro de la plaza nos encontramos con lugares como la pastelería la mallorquina, un lugar realmente mítico en donde poder disfruta de la mejor confitería, pero sobre todo, un lugar para sentarnos a disfrutar del Madrid más castiza después de un paseo por esta zona de la capital de España.
Fue en el año 1894 cuando el negocio de la Mallorquina se instaló definitivamente en este lugar de Madrid, la Puerta del Sol. Casi 120 años de historia por lo que estamos hablando de un lugar excepcional y realmente mítico. El nombre de mallorquina viene del lugar de nacimiento del fundador de la pastelería, el Señor Juan Ripoll.
En los comienzos se hizo tremendamente famosa por las magníficas ensaimadas que vendía, un producto típico de las Islas Baleares en pleno centro de Madrid. Se convirtió durante el siglo XX nos solo en un lugar donde comer su rica repostería sino en un centro cultural donde grandes personajes de la época realizaban tertulias. Personajes como Benito Perez Galdós, Aureliano de Beruete, Francisco Silvela o Raimundo Fernandez de Villaverde fueron esenciales para que este lugar alcanzara la fama popular que tiene actualmente.