Antaño, La Puerta de Alcalá, delimitaba la ciudad por el este y se utilizaba para entrar y salir de la ciudad y era lugar de paso de los rebaños de ovejas. Hoy en día, la Puerta de Alcalá está situada en la Plaza de la Independencia, junto al parque de El Retiro y muy cerca de la Cibeles y su función es meramente estética; mieles de madrileños y visitantes que pasan a diario por allí disfrutan de su belleza. La Puerta del Sol es una obra de Sabatini, que la construyó por deseo expreso del Rey Carlos III con el objetivo de que sustituyera a la vieja puerta existente. Y así fue.
Se trata de una espectacular puerta de estilo neoclásico que cuenta con cinco arcos. Los tres arcos centrales son de medio punto y los arcos situados a los extremos son arcos adintelados.
La Puerta de Alcalá es, sin lugar a dudas, uno de los principales símbolos de la ciudad de Madrid, por ello se trata de una visita obligatoria para todo el que pasa por la capital de España.